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La función de una escolta es muy sencilla: acompañar, defender y proteger a determinada persona para impedir que sean objeto de agresiones o actos delictivos. Normalmente, acompañan a personas que están más expuestas a ser víctimas de actos delictivos como:

  • Políticos
  • Empresarios
  • Personas famosas

Al detectar una amenaza, un escolta de seguridad, aleja a su escoltado del peligro de forma tranquila, aunque de ser necesario, se debe defender físicamente si se trata de un agresor.

Un escolta privado, debe seguir a su escoltado mientras realiza sus actividades diarias de trabajo o mientras desarrolla su vida social, pero fuera de defender al escoltado, también cumple con otras funciones, como:

  • Revisar la agenda diaria del cliente.
  • Examinar los antecedentes de las personas que tienen contacto con el cliente.
  • Supervisar las medidas de seguridad y los planes de contingencia.
  • Inspeccionar vehículos para descartar que estén intervenidos mediante algún artefacto o la presencia de explosivos.
  • Escoltar a los clientes al vehículo.
  • Llevar a los clientes a sus destinos siguiendo las rutas preestablecidas y, de ser necesario, adoptar las que hayan sido trazadas como vía de escape.
  • Monitorear las actividades del cliente.
  • Permanecer alerta ante actividades sospechosas y posibles amenazas.
  • Informar acerca de las actividades de los clientes y de cualquier incidencia.

En ocasiones, los escoltas deben visitar con antelación los lugares a los que el escoltado acudirá. Ahí es donde comprobarán la seguridad del lugar, los accesos y salidas e incluso rastrear las zonas donde puede haber dispositivos de escucha y explosivos. Cuando la persona a escoltar está en su hogar, pueden encargarse de la recepción de correos, control de visitas, gestión de llamadas telefónicas y el control del sistema de alarmas.

¿Qué necesito para ser escolta de seguridad?

Para ser un escolta privado, la persona debe cumplir una serie de requisitos que varían según el país, pero aquí dejamos algunos de los requisitos generales:

  1. Tener un rango de edad entre 18 – 55 años.
  2. Tener la aptitud física y capacidad psicológica para el ejercicio de funciones que permita actuar en situaciones de riesgo.
  3. Tener una estatura mínima de 1.70 metros los hombres y 1.65 metros las mujeres.
  4. Conocer las leyes relacionadas con la protección de personas.
  5. Saber adaptarse al estilo de vida de su cliente.
  6. Saber evaluar riesgos y estar consciente del peligro.
  7. Ser ingenioso y observador.
  8. Mantener su condición física en forma.
  9. Saber mantener a calma y trabajar bajo presión.
  10. Actuar con rapidez y decisión.
  11. Ser flexible para resolver problemas
  12. Tener conocimientos sobre primeros auxilios
  13. Saber conducir.
  14. Tener conocimiento del uso de armas

¿Qué errores debe evitar un escolta?

  • No entrenarse periódicamente

Es recomendable que los escoltas de seguridad realicen cursos de actualización, y diseñando programas de mantenimiento de manera constante y regular.

  • Ser un escolta multiuso

Muchas veces el cliente asigna funciones al escolta que se salen de sus funciones, tales como el ser mensajero personal, cargador de equipajes, chófer de la pareja, quien cuida las mascotas, lava el carro y hasta jardinero. Esto no tiene nada que ver con su trabajo, y lo que hace es distraer al escolta de realizar sus tareas fundamentales: planificar, observar y tener capacidad de respuesta en cualquier situación de riesgo que se presente.

  • Que su protegido no siga los procedimientos

Para muchas personas que no estén acostumbradas a la protección de un escolta, al principio puede resultar extraño incluir a un escolta en la vida cotidiana, pues el escolta será la sombra del protegido, conocerá su rutina, hábitos, personas cercanas y hasta intimidades que no siempre son cómodas.

Si la persona comienza a sentirse incómoda con la protección del escolta, puede tender a realizar actos que se salgan del protocolo de seguridad, como evitar que lo acompañen a determinados lugares, obligándolos a permanecer en el carro o lejos del sitio en el que permanece.

Este tipo de acciones ponen en riesgo la seguridad del escoltado.

  • No saber identificar cuando se necesita más de un escolta

En muchos casos, es necesario más de un escolta según las necesidades del escoltado, pues es difícil cuidar el automóvil y a la persona al mismo tiempo (teniendo en cuenta que ninguno de los dos debe quedarse sin vigilancia). El trabajo en equipo, con un protocolo de seguridad establecido, permitirá mejores reacciones a la hora de que se presente cualquier situación de riesgo y que el escoltado salga ileso.

  • Tener una carga horaria excesiva

Para este tipo de trabajos, el escolta debe estar descansado y al 100% de su capacidad física y mental. Recordemos que el trabajo de un escolta de seguridad muchas veces es monótono y rutinario, y si además de esto está cansado, será mucho más fácil tomarlo por sorpresa. Muchos delincuentes tienden a llevar a cabo secuestros y atentados antes de llegar al hogar al final del día, pues a esta hora es cuando precisamente los niveles de alerta están más bajos.

Siempre se recomienda que los escoltas se contraten a través de empresas de seguridad, ya que se necesita un amplio conocimiento de la actividad, capacitación y estar al tanto de las demandas de seguridad que la actividad que los protegidos genera.

Dependiendo del perfil del cliente, el escolta deberá afrontar situaciones que puedan atentar contra su vida. Asimismo, quienes trabajen con jefes de Estado, deben estar completamente comprometidos con su labor, considerando que deberán poner su vida en riesgo en pro del salvaguardo de la persona bajo su protección.