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Un arma de fuego, sigue siendo una máquina con engranajes y partes móviles, por lo que hay que seguir diversas pautas de limpieza y engrase de manera regular, para que funcione adecuadamente.

Cada vez que se utiliza el arma, quedan dentro de ella partículas residuales producidas por la combustión de la pólvora. Estas partículas deben eliminarse, ya que, de no hacerlo, pueden provocar interrupciones, problemas de precisión, o presión, que puede poner en peligro nuestra vida.

Para realizar la limpieza, necesitaremos:

  • Baqueta de cerda y de cobre
  • Disolvente y aceite especial para armas
  • Soporte para trapos y trapos de algodón
  • Cepillo pequeño de cerda y de cobre
  • Trapo de algodón grande

Es recomendable limpiar el arma inmediatamente después de usarla, ya que eso supondría una mayor fijación de las partículas dañinas y la humedad.

Para limpiar el arma:

  1. Apunta la boca del cañón a una dirección segura y revisa que no esté cargada.
  2. No debe haber municiones en el área de limpieza.
  3. Trabaja sin distracciones en un área bien ventilada.
  4. Utiliza un soporte de mesa para armas. Ayuda a limpiarla mientras se mantiene segura y sin movimiento.
  5. Desmonta el arma retirando la menor cantidad de piezas posible, siempre que se pueda trabajar con comodidad sobre las piezas móviles. Con una pistola, se desarma la corredera y se retira el cañón y los muelles que se encuentren dentro de ella.
  6. Con una baqueta de cerdas y actuando desde la recámara, retiramos el residuo suelto que pueda haber.
  7. Para quitar las partículas adheridas, rocía el cañón y la recámara con un disolvente especial para armas y deja actuar unos minutos.
  8. Con un soporte para trapos de ojal y usando un trapo de algodón, hay que pasarlo de un lado a otro del cañón, retirando los restos de partículas y disolvente, procurando cambiar cada poco tiempo el trapo por uno limpio y repetir hasta que salga limpio el trapo.
  9. Rociar con una pequeña cantidad de aceite para armas un trapo de algodón limpio y pasarlo por el cañón y la recámara., procurando no engrasarlo demasiado y limpiar el sobrante para evitar el acumulamiento de polvo o tierra.
  10. Pasar el cepillo pequeño por las demás piezas móviles para eliminar cualquier resto no deseado.
  11. Rociar una pequeña cantidad de aceite para armas las piezas móviles y eliminar el exceso con un trapo de algodón grande. Limpiar con un trapo seco las partes del arma que no limpiamos con anterioridad:
  • Exterior del cañón
  • Interior y exterior de la corredera
  • Muelles y armazón de la pistola
  1. Retira todo el exceso de grasa y aceite antes de almacenar o disparar un arma de fuego.
  2. Una vez que el arma está lista para ser guardada, se recomienda meterla en una caja fuerte o armero de seguridad con las municiones a parte en un lugar seco y ventilado.

Podrías pensar que la limpieza lleva mucho tiempo, pero con práctica puedes dejar lista el arma en un cuarto de hora.

Darle mantenimiento al arma puede prolongar su vida útil y rescisión, por lo que es muy recomendable limpiarla siempre después de utilizarla y guardarla en un lugar seguro y ventilado para nuestra seguridad y la de los demás.