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La experiencia que la mayoría de nosotros tiene acerca de un chaleco antibalas es la que vemos en las películas, donde quien lo usa logra escapar de una muerte segura, pero ¿Qué tanto de esto es verdad? ¿Cuántas balas puede resistir uno de esos chalecos? Lo primero que hay que tener en mente es que los chalecos no son indestructibles y las balas pueden atravesarlo de alguna forma, incluso las de un calibre pequeño, aunque varía dependiendo del blindaje diseñado para el chaleco en cuestión y la distancia del objetivo.

Existen diferentes niveles de protección, los cuáles se miden por el número de veces que se puede disparar antes de que dejen de ofrecer un nivel aceptable de defensa. Cuanto más alto es el nivel de la armadura, más protección proporciona:

  • Nivel I – III: Detendrá las balas disparadas por la mayoría de las pistolas. El blindaje corporal en estos niveles está hecho de fibras blandas como el Kevlar.
  • Nivel IV: Son las únicas capaces de detener potencialmente rondas enteras.

Existen diferentes tipos de chalecos:

Blandos: Se crean entrelazando fibras muy fuertes en un patrón similar al de una red, con la armadura deteniendo las balas de la misma manera que una red, distribuyendo la fuerza sobre un área más grande en el proceso.

Duros: Se crean insertando placas sólidas de cerámica o plástico especial en un chaleco o carcasa. Éste es el que ofrece mayor protección y son relativamente pesadas.

Polietileno: La armadura de polietileno puede sobrevivir a los disparos varias veces sin perder su integridad balística. Además, son menos pesadas que las de cerámica.

Pero volviendo a la pregunta inicial, ¿Cuántas balas puede absorber un chaleco antes de volverse inútil? La respuesta depende del tipo de chaleco del que estemos hablando. Cuando los chalecos blandos son alcanzados por una bala, las fibras alrededor del impacto se ven comprometidas y pierden parte de su capacidad para absorber la energía de una bala. Un segundo disparo cerca o en la misma zona, tiene muchas posibilidades de penetrar. Normalmente se considera que después del primer impacto pierde su eficiencia.

Los que tienen placas de cerámica, la mayoría de las veces están diseñadas para romperse cuando son alcanzados por una bala, disipando la fuerza del impacto mediante la ruptura de la bala, para que las piezas más pequeñas sean absorbidas por otros materiales de respaldo como el Kevlar.

En el caso del polietileno, el impacto de la bala realmente derrite la placa que luego se vuelve a endurecer, atrapando la bala en su interior. Los disparos que son capaces de resistir varían según el fabricante, aunque la mayoría recomienda reemplazar el chaleco incluso después de un solo disparo.

Siempre se debe tomar en cuenta que un chaleco muy pesado limita y entorpece los movimientos de quien lo porta, por lo que a la hora de elegir, hay que asegurarse de que sea acorde al cuerpo de la persona y el contexto en el que se estará expuesta, así como siempre tener en cuenta que la eficacia de un chaleco blindado no depende del peso o el grosor del panel, sino de la calidad de los materiales.